Editorial

Y continúa la matanza de pilotos

Ayer, de nuevo tuvimos la noticia de que pilotos y ayudantes, tanto de buses extraurbanos como de microbuses, fueron víctimas de sicarios, a quienes sin temblarles la mano y sin el más mínimo remordimiento arrancaron la vida de dos hombres trabajadores. El primer caso ocurrió en la ruta a Ciudad Quetzal, San Juan Sacatepéquez, Guatemala, en donde fue asesinado a tiros Erwin Mateo Chile Pirir, de 38 años, piloto de una camioneta extraurbana que de ese lugar se dirigía a la capital. Su cuerpo quedó sobre el timón de la camioneta que conducía.

El otro hecho tuvo lugar en el kilómetro 55 de la ruta al Atlántico, en jurisdicción de la aldea El Upayón, en Sanarate, El Progreso, en donde un sicario esperó pacientemente a que el microbús que se dirigía a Cobán, Alta Verapaz, con 15 personas a bordo se aproximara e hizo la parada, al detener la unidad y bajar el ayudante desenfundó su arma y le disparó, para luego escapar con la pistola en la mano. En este caso, varios testigos indicaron que el asesino estuvo en el lugar por más de 40 minutos, nadie se imaginó lo que iba a hacer, y varias autopatrullas de la Policía Nacional Civil (PNC) pasaron cerca del pistolero, y en ningún momento los agentes detuvieron la marcha y lo identificaron, de haberlo hecho el objetivo del sicario estaría vivo.

Luis Fernando Hernández Ortiz, de 20 años, ayudante del microbús fue llevado con vida al hospital de Guastatoya, pero a su ingreso murió. Los dos hombres asesinados ayer, ambos trabajadores de las unidades de transporte colectivo, se convierten en víctimas inocentes del avorazado deseo por el dinero fácil por parte de extorsionistas, que matan a los trabajadores cuando los patronos se niegan a pagar lo que les exigen. ¿Qué culpa tienen los prestadores del servicio que los dueños de los vehículos no les quieran pagar? ¿O qué quieren los asesinos, que los empleados paguen los platos rotos de otros? Claro, en el cerebro de “nuez” de estos esbirros que no les produce buenas ideas, solo mantienen la posición de asesinar. Es deber de la PNC el evitar que esto siga sucediendo.

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