Entre el temor y la desesperanza

Cuándo será el día en que no haya un solo hecho de violencia en Guatemala. Parece que hablamos de un acto difícil de ser realidad. Aunque las estadísticas a veces nos parezcan exageradas, lamentablemente solo reflejan lo que sucede en este país. Quince personas pierden la vida diariamente por actos violentos, sin que aparentemente nada ni nadie pueda hacer algo. Gobiernos van y gobiernos vienen, y la cosas siguen igual.

En el mercado cantonal de Jocotales, en jurisdicción del municipio de Chinautla, un nuevo y triste caso se registró ayer. Un sicario, con la complicidad de otro que lo esperaba en un vehículo, llegó hasta el puesto de frutas que atendía Roberto Carlos Yaxón Yaxón y lo asesinó a balazos. Luego corrió, se subió al vehículo que lo esperaba y se dio a la fuga.

La muerte de Yaxón Yaxón no solo debe lamentarse por el hecho del acto violento y la pérdida de una vida humana, sino también porque se trataba, aparentemente, de un joven que intentaba tener una vida de superación. El hecho ocurrió a solo 300 metros de una sede policíaca, imaginemos cómo pueden las autoridades encargadas de la seguridad proteger a quienes están en sitios más lejanos a su espacio de control.

No cabe duda de que estamos mal y que la luz al final del túnel, al menos en el tema de la seguridad, no se vislumbra en el plazo inmediato. Por eso, los guatemaltecos vivimos atemorizados y sin esperanza de mejorar.

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