Editorial

Alcoholismo, ruta mortal

A inmediaciones de la Calzada Roosevelt, la Policía Nacional Civil (PNC), procedió a la detención de un hombre que conducía un picop en estado de ebriedad, por lo que perdió el control, estrellándose contra un separador de concreto que se utiliza para dividir un carril auxiliar, pero que, empecinadamente, se negó a ser atendido por los socorristas que atendieron el percance.

Asimismo, las autoridades reportaron el hallazgo de un hombre en la zona 9 de la ciudad capital quién falleció, posiblemente por intoxicación alcohólica de acuerdo con el reporte de los bomberos que trasladaron el cuerpo al Instituto Nacional de Ciencias Forenses  (Inacif), para que determinen la causa del fallecimiento.

Aunque los incidentes parecen ser el amargo pan diario de muchas familias guatemaltecas, resultan preocupantes los niveles de alcoholismo que afectan seriamente al pueblo de Guatemala, pues independientemente de las enfermedades que ocasiona el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y los accidentes, cuando quienes las ingieren, cometen la irresponsabilidad de sentarse tras el volante de un vehículo.

Aunque diariamente se producen incidentes similares a los descritos, es necesario que los guatemaltecos, sin distinción, seamos capaces de comprender que el alcoholismo arrastra la vida de las personas hacia un abismo de terrible sufrimiento que afecta permanentemente a la víctima y a su familia, pero que, en muchos casos, afecta la vida de personas inocentes que tuvieron la desventura de cruzarse en un mal momento, en  el camino del adicto al alcohol.

Es necesario reducir los índices trágicos que produce el consumo del alcohol de manera irresponsable, pues sus secuelas afectan a toda la sociedad por igual, porque el alcoholismo es un fenómeno que no respeta edad, sexo, ni posición social y destruye, junto con las familias, los sueños y esperanzas de personas que serían sumamente útiles a la sociedad.

Sin embargo, existe una esperanza para quienes desean recuperarse de este hábito mortal y es buscando el apoyo de otros enfermos alcohólicos que lograron recuperarse mediante el seguimiento de los programas de 12 pasos, cómo Alcohólicos Anónimos (AA), que establecen que el único requisito para pertenecer al grupo es el deseo de dejar de beber y que diariamente ayuda a miles personas con esta condición, alrededor del mundo.

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