
De pulgas y otros males
Los guatemaltecos que hacen uso de los servicios públicos de salud, concretamente los de la maternidad del Hospital Nacional San Juan de Dios, lo hacen últimamente en medio de una feroz plaga de pulgas, las cuales se alojan por millones en dicho nosocomio, según dio a conocer la jefa de supervisión de áreas hospitalarias de la Procuraduría de los Derechos Humanos, Zulma Calderón, quien indicó que la plaga se concentra en el área destinada a la ropa estéril que utiliza para la atención de los pacientes.
Más allá de lo peligroso que resulta la presencia de plagas en el interior del hospital, resulta vergonzoso y contrario a todas las prácticas adecuadas para la atención de los pacientes que la misma haya sido detectada desde el pasado viernes y haya permanecido desatendida y, dadas las condiciones, amenaza por infestar todo el centro hospitalario, como consecuencia de que estos insectos se adhieran a la ropa del personal y de los internos, por lo que es urgente que más allá del cierre de la unidad donde se localizó la plaga y de la clausura temporal de las áreas que deben ser fumigadas a profundidad, a efecto de evitar la proliferación de insectos nocivos para los seres humanos, se tomen medidas a largo plazo para evitar estos sucesos completamente inadmisibles en el interior de un hospital. Similares a las pulgas que se alimentan de la sangre de muchos mamíferos, el sistema nacional de salud enfrenta serios parásitos que drenan su presupuesto, afectando directamente en su funcionamiento.
Y, mientras tanto, las autoridades del Ministerio de Salud permanecen más tiempo negociando en la atención de solicitudes de alguno de los cerca de 50 sindicatos enquistados en su estructura, menos tiempo dedican a su labor: La atención adecuada de sus pacientes, ejemplo de lo cual un área que debería permanecer perfectamente limpia está infestada por dicha plaga de pulgas.
Resulta por demás necesario urgir a las autoridades a que combatan la plaga de pulgas en el Hospital General San Juan de Dios y que, con la misma efectividad, se sacudan de una vez por todas a las parasitarias asociaciones sindicales que succionan sistemáticamente el presupuesto, y la atención debida a su primera obligación: la provisión de servicios de salud en condiciones dignas y apropiadas, pues los guatemaltecos merecemos algo mejor que nacer entre pulgas, en un ambiente limpio de bacterias y de actitudes inhumanas e indignas.