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Miles de desplazados en el sur de Siria vuelven a sus casas tras el alto el fuego

Miles de desplazados en el sur de Siria regresaban a sus casas, informó este sábado una oenegé, tras el acuerdo entre el gobierno sirio y los rebeldes que debería acabar con la devastadora ofensiva del régimen en esta región.

Después de más de dos semanas de intensos bombardeos, los representantes rusos y las facciones rebeldes llegaron el viernes a un acuerdo para decretar un alto el fuego en el sur de Siria, controlado hasta ahora por los opositores al régimen sirio.

Esta tregua representa una nueva derrota para los grupos rebeldes, incapaces de resistir ante la ofensiva del régimen sirio. Gracias al apoyo militar de Rusia e Irán, Damasco ha recuperado el 60% del territorio sirio.

Como muestra de la victoria de las fuerzas del régimen, soldados del ejército sirio y de la policía militar rusa, tanques y vehículos militares han llegado al puesto de Nasib fronterizo con Jordania, según constató un periodista de la AFP.

Lanzada el 19 de junio, la ofensiva de Damasco provocó al menos 325.000 desplazamientos forzados, según la ONU. La mayoría de ellos se instalaron en campamentos cerca de la frontera con Jordania o en los Altos del Golán, ocupados parcialmente por Israel.

Desde este viernes por la noche, «miles de desplazados empezaron a abandonar la frontera con Jordania para volver a sus pueblos en el sureste de la provincia de Deraa», explicó a la AFP Rami Abdel Rahman, el director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

«Más de 28.000 desplazados han vuelto a 13 pueblos y localidades», precisó Rahman, quien recordó que el número de retornados continúa aumentando.

– Entrega de armas –

Tras el acuerdo de este viernes, «el Estado sirio controlará todas las posiciones en manos rebeldes a lo largo de la frontera con Jordania», informó la agencia oficial siria SANA.

Esta tregua «prevé el inicio de un alto el fuego y que los grupos terroristas entreguen todo su armamento pesado y de mediano calibre en todas las ciudades y pueblos», según SANA.

«Los que se opongan a estas condiciones tendrán que desplazarse a Idlib (en el norte de Siria)», precisó la agencia, una condición exigida por las facciones rebeldes.

El acuerdo, que se desarrollará en tres etapas, empezó a aplicarse en el este de la región de Deraa, luego se hará efectivo en la capital de la provincia y a continuación en el oeste», explicó el portavoz de la comandancia rebelde, Hussein Abazeed.

No obstante, a numerosas personas desplazadas les inquieta un retorno dirigido por el régimen sirio.

«Cuando estemos seguros de que hay un alto el fuego y de que nadie nos perseguirá, entonces podremos volver a nuestras casas», explica prudente Oussama Al Homsi, 26 años, instalado en un campamento en el sur de la ciudad de Deraa.

– Evitar las provocaciones con Israel-

El régimen sirio parece determinado a hacerse con el control del conjunto de Siria, un país devastado desde 2011 por una guerra que ha provocado 350.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.

Los grupos rebeldes se encuentran cada vez más debilitados, e implantados sólo en el norte del país, tras haber perdido el control de los barrios de Alepo, a finales de 2016, y su bastión de la Guta Oriental, en la periferia de la capital Damasco, en abril de 2018.

Un grupúsculo vinculado al Estado Islámico (EI) todavía resiste en el suroeste de la provincia de Deraa, cerca de los Altos del Golán y de la frontera con Jordania.

El líder de Hezbolá, el movimiento libanés chiita que lucha con el régimen sirio, aseguró recientemente que estos yihadistas se encuentran en su punto de mira.

Sin embargo, el régimen de Al Asad podría concentrar su ofensiva contra los rebeldes de Qouneitra, un región sensible al estar al lado de la frontera con Israel.

«La toma de Qouneitra será complicada. El gobierno reflexiona cómo avanzar sin provocar a los israelíes ni provocar una acción militar destructora de Israel», advirtió el experto Sam Heller, del centro de análisis International Crisis Group (ICG)

Según un informe reciente del ICG, Israel proporcionó «apoyo a facciones armadas en el sur de Siria en 2013 y 2014, para intentar tejer alianzas locales y así crear un cordón de seguridad en su frontera»