Velan los restos de migrante quetzalteca asesinada en Texas
Los restos de Claudia Patricia Gómez González, la migrante guatemalteca asesinada por un agente de la patrulla fronteriza en Texas Estados Unidos (EE. UU.), ya están en su casa y con su familia.
Durante dos días la joven de 20 años será velada en su aldea natal La Unión Los Mendoza de San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango.
Gilberto Gómez, su padre, miró al suelo buscando las palabras para explicar lo que ha muerto con su hija. “Los sueños”, dijo. El hombre habla poco, apenas lo necesario para agradecerle a la mujer que grabó el video donde se puede ver al agente fronterizo cuando habría acabado de matar a la migrante de un tiro en la cabeza y arrestar a otros tres guatemaltecos. “Si no fuera por ella esto nunca se hubiera sabido”, aseguró.
“Esto está bien doloroso, siento como que estoy destrozado, está muy duro para mí”, dijo Gómez y agregó “quiero justicia y que no se quede impune… quiero que el que hizo eso que pague y sienta el dolor como yo y mi familia”.
El cadáver de la joven llegó este jueves por la noche a San Juan Ostuncalco rodeado por una caravana que lo acompañó desde el aeropuerto en la ciudad de Guatemala. A su paso los vecinos levantaron carteles pidiendo justicia.
El féretro blanco sobre el que fue colocada una bandera del municipio, fue recibido en el Polideportivo Fernando Escobar para un homenaje póstumo, donde entre discursos de políticos locales la comunidad indignada reclamó justicia. El cuerpo fue luego llevado a su casa donde continuará el velatorio.
El ataúd fue ubicado en un altar con flores blancas y un manta vinílica con sus fotografías. Las dos ventanas del pequeño cuarto donde es velada la joven fueron cubiertas con dos toallas, una de la Estatua de la Libertad y otra con la bandera de Estados Unidos y un águila.
Sentada en una silla blanca su madre balbuceaba algunas palabras. Un lamento profundo antecede a un “Ay mamaíta chula”, lo único que se entendió en español. Su vecino Anastacio Vicente tradujo de su idioma materno, la lengua Mam de origen maya, “Hija ¿dónde estás? Ven a sentarte conmigo”.
Vicente explica que en el pueblo, que subsiste con las remesas y la siembra de maíz y papa para el consumo, todos tienen un familiar en Estados Unidos. Sin trabajo ni poder ingresar a la universidad, la joven decidió seguir el rumbo de otros pobladores locales y emigrar a ese país.
Guadalupe Carreto, de 58 años, una de las mujeres que ayudó a cocinar el almuerzo para los que acompañaron a la familia, dijo que la pobreza y la falta de empleo es lo que ha llevado a muchos a emigrar. “Somos pobres, no hay trabajo, por eso se va la gente”.
Decenas de vecinos hicieron una larga fila para dar el pésame a los padres, la mayoría eran mayores, mientras sonaba un cántico religioso que se escuchaba “Más allá del sol, más allá del sol, yo tengo un lugar, hogar, dulce hogar, más allá del sol”.