Condenan a pareja que regaló a sus 6 hijas a un «profeta» pedófilo
Una corte de Pensilvania, Estados Unidos (EE. UU.), condenpo este miércoles a Savilla y Daniel Stoltzfus a 7 años de prisión por haber regalado a sus hijas a Lee Kaplan, un líder religioso de 52 años, quien abusó sexualmente de las menores, informó la prensa local.
«Los padres entregaron a sus hijas a lo que algunos podrían llamar ‘una vida de esclavitud sexual’«, afirmó el juez, Jeffrey L. Finley, durante la lectura del veredicto, quien a su vez añadió que «las menores habían sido expuestas a un trauma inimaginable».
Kaplan, quien fue hallado culpable a inicios del mes pasado de 17 cargos de agresión sexual de menores, que acarrean cada uno entre 20 y 40 años de pena, habría conoció a la pareja en 2002, época en la que ambos formaban parte de la comunidad religiosa amish y atravesaban problemas financieros.
[media-credit name=»Este es el falso profeta, Lee Kaplan. Foto: Lower Southampton Police Department» align=»aligncenter» width=»750″][/media-credit]
Posteriormente, logró convencerlos de que era un profeta divino y que la relación con sus hijas era un deseo que le habría sido comunicado directamente por Dios en uno de sus sueños, según las declaraciones de la madre de las niñas. También prometió ayudarles con sus problemas financieros.
La primera de las menores tenía solo 9 años, cuando fue entregada a Kaplan para que se convirtiera en su esposa. Su hermana mayor también sufrió abusos desde que cumplió 10 años, quedando embarazada por primera vez en 2013 a los 14 años, y a los 17 ya tenía dos hijos de él.
El hombre trató a las seis hermanas como si fueran sus esposas y abusó sexualmente de ellas durante el transcurso de una década. Varias niñas testificaron que Kaplan tuvo relaciones sexuales con ellas y que lo consideraban su marido. Una de las niñas, de 9 años, afirmó que el acusado la comenzó a agredir sexualmente cuando aún tenía 7 y que le pidió que no se lo dijera a nadie.
El veredicto contra los padres se logró casi un año después de que los vecinos de Kaplan lo delataran ante la Policía, ya que vivía en su casa de la localidad de Feasterville, Pensilvania, con las menores, su madre y los dos hijos que tuvo con la mayor de las Stoltzfus.
Los sorprendieron cuando encostalaban a su víctima descuartizada