Conoce a esta familia que ha educado a 23 generaciones
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El trabajo familiar puede resultar ser una experiencia muy gratificante y enriquecedora para muchos guatemaltecos, tal como es el caso de Bianca Fajardo.
Bianca, la más pequeña de seis hermanas, dedica su vida a la docencia al igual que el resto de su familia.
Los Fajardo fundaron un establecimiento educativo privado hace 23 años, en la colonia Santa Luisa, zona 6 capitalina y desde entonces han formado a cientos de niños.
Blanca Leticia Chavarría de Fajardo, conocida como seño Blanqui, directora del plantel, narró a Al Día que su deseo en 1993 era darles a los menores del sector educación de calidad ya que, a decir de la profesora, algunos pequeños tenían mala letra.
Junto a su esposo, Walter Fajardo, quien la apoyó en todo momento emprendieron juntos el proyecto, dándole vida al colegio Nueva Familia.
Con el tiempo, lo que empezó como algo pequeño creció y varias generaciones en nuestra comunidad se han educado, expresó seño Blanqui.
“También en nuestra familia se formaron ya dos generaciones en nuestras aulas”, agregó.
De acuerdo a la docente, el colegio se ha preocupado en inculcar el amor a Dios y valores, además del conocimiento que los maestros dan a los alumnos.
Esa pasión por su profesión de ambos profesores fue transmitida hacia sus hijas, quienes decidieron seguir los pasos de sus padres.
Bianca y sus hermanas: Blanqui, Claudia, Ana Manuela, Mariana y Gaby, expresaron que “la docencia es un reto que toman año con año” ya que su labor implica ayudar al niño a desarrollar habilidades. También manifestaron que tener la oportunidad de trabajar juntas es una “situación especial”.
Puedo ver que los que fueron mis alumnos siguen siendo formados por el resto de mis hermanas, siento que una parte de nuestra familia los acompaña para el resto de sus vidas, expresó Bianca.
Luego detallaron que una de las mejores partes de su trabajo es cuando se acerca el Día del Maestro y realizan actividades recreativas junto a los estudiantes y posteriormente realizan una convivencia entre docentes.
Por último, mencionaron que aman su trabajo porque tienen la oportunidad de “marcar la vida de los niños y viceversa”.
Cada día es diferente, a veces uno tiene problemas y con una picardía o una sonrisa de ellos motiva, nos mantienen jóvenes mentalmente.
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