Manifestación termina en violencia
Fue necesaria la intervención de un gran número de agentes de las fuerzas policiales para recuperar el control y establecer el orden en el municipio de El Estor, Izabal, donde un grupo de inconformes bloquearon el acceso a una empresa extractora de níquel en dicho departamento. Ya se había programado el desarrollo de una mesa de diálogo con presencia de autoridades, para escuchar las demandas de los inconformes que querían pre sentar alternativas laborales, pero el grupo de Pescadores Artesanales, que acusa a la empresa minera de contaminar el río Dulce y el lago de Izabal, al sentirse desatendidos decidieron bloquear el paso.
La tensión fue en aumento y, al agotar el diálogo, la Policía Nacional Civil (PNC) inició el desalojo que produjo un intercambio de disparos con otro grupo de manifestantes que está en favor del desarrollo de la actividad minera, y que culminó con la muerte de un hombre identificado como Carlos Maas, de 31 años, además, heridas de consideración a 6 agentes policiacos, así como el incendio a la subestación policial y a la residencia del alcalde municipal, Rony Méndez, así como actos vandálicos y de saqueo de negocios.
Es importante felicitar a las fuerzas policiales, así como a las autoridades de Gobernación, por su accionar decidido y eficiente, así como a las autoridades del Ministerio de Ambiente, que accionaron privilegiando el diálogo y la negociación. Al contrario de los inconformes, quienes no solo no asistieron a las mesas de diálogo programadas, sino son los presuntos responsables de propiciar la alteración del orden público y aprovechar los desórdenes para saquear negocios. No es posible que una protesta que debiera ser pacífica se convierta en un río de sangre.
Las autoridades deben investigar, para que quienes provocan estos actos sean castigados de conformidad con la ley, y evitar así que nuevos hechos vandálicos se susciten bajo el disfraz de la protesta pacífica.