Editorial

Tras las capturas, urgen las investigaciones

Las autoridades dieron a conocer sobre la detención de un grupo de 5 sicarios, tras perpetrar un ataque armado en la zona 3 capitalina, que ameritó el traslado de 9 personas heridas, entre ellos un menor de edad. Mientras intentaban huir, los asesinos colisionaron el vehículo robado en que se conducían, lo que facilitó su detención por parte de las autoridades policiacas, quienes les confiscaron chalecos con blindaje así como dos fusiles y una subametralladora.

Dentro de los cinco detenidos, cabe señalar que uno es menor de edad, mientras que otro, identificado como César Luis Ángel Sierra Arévalo, de 19 años, es soldado de alta en la brigada militar Mariscal Zavala, se encontraba en su día de franco. En tanto que los otros tres capturados, mayores de edad, de acuerdo con investigaciones están vinculados con pandillas, específicamente con el “Barrio 18”.

Si bien llama la atención la juventud de los integrantes de la estructura criminal, resulta más importante aún descifrar la forma en que un soldado de alta en la institución militar se vincula a una estructura delincuencial, pues tal situación no debe repetirse bajo ningún contexto. No es posible que alguien, a quien se ha entrenado y confiado un arma para proteger al pueblo, utilice sus conocimientos en contra de la misma población civil. Sin embargo, cabe añadir que, de acuerdo con autoridades del Ministerio de la Defensa, este hombre será dado de baja y juzgado por la justicia ordinaria penal del país.

Es necesario que las autoridades esclarezcan rápidamente y a fondo las circunstancias en que se produce esta captura, y los potenciales vínculos de otros miembros de alta en la institución militar con integrantes del crimen organizado, con el fin de evitar que más adelante incidentes de la misma naturaleza se repitan en nuestra amada Guatemala.

 

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