Ojo con los grupos “DE VIGILANCIA”
Es comprensible que los guatemaltecos busquen formas de protegerse contra el embate de la delincuencia común y organizada, y que para el efecto se han hayan organizado en comités de vigilancia en sus comunidades y durante la noches patrullen las calles de los lugares donde residen.
Aunque esta labor de seguridad le corresponde a la Policía Nacional Civil (PNC), es lógico pensar que debido a la violencia imperante, la cual ha desbordado a dicha institución, la ciudadanía honrada debe protegerse a su manera.Pero, y aquí viene el pero, claro, todos tenemos derecho a cuidar a nuestras familias y nuestros bienes. En un principio dichos grupos de vecinos funcionaban de manera correcta, hacían sus rondas armados con su valor, y alguno que otro garrote y, de perdida, machetes. Sin embargo, ahora usan armas de fuego, muchas de ellas de alto calibre, y eso convierte en temidos a estos grupos, a tal extremo que si un vecino no se une a ellos a patrullar ( poco les importa si el pobre hombre debe levantarse a las 4:00 de la madrugada para ir trabajar, y regresa a su casa a altas horas de la noche), y si no lo hace corre el riesgo de ser acusado, golpeado y muchas veces hasta expulsado de sus tierras.
Ahora pongámonos a pensar qué pasa cuando por mala suerte, alguien, sea delincuente o no, cae en manos de estos grupos, que al verlo caminar en la comunidad, lo detienen y sin recibir explicaciones, le hacen un juicio rápido, para luego hallarlo culpable y sentenciarlo a muerte. Los vapulean a su gusto y antojo, hasta dejar a su víctima irreconocible, para luego llevarlo a un lugar alejado del pueblo rociarlo con combustible, y prenderle fuego. Ellos se toman el papel de aplicar su famosa justicia ancestral, que no es otra cosa que convertirse en delincuentes. Ellos aplican la Pena de Muerte, sin que les tiemble la mano.
Por eso es urgente que las autoridades hagan algo para controlar a estos grupos de vigilancia ciudadana. Porque de seguir así, haciendo la justicia a su modo, al punto que la población tiene miedo de salir de sus casas, aunque tengan una emergencia, por temor a toparse con estos pseudodirigentes comunitarios, ya que si a alguno de ellos les cae mal una persona y lo sorprenden por la noche en la calle, aunque no ande haciendo algo malo, corre el riesgo de ser vapuleado o bien asesinado a sangre fría.