Editorial

Hasta con los dientes…

Una de las situaciones que empiezan a atravesar los guatemaltecos, y que los tiene ya muy afectados, es la imperante ola de violencia que no hay forma que pueda ser detenida, los grupos delincuenciales siguen creciendo.

Los extorsionistas, que han logrado de esta forma obtener dinero fácil y rápido, están a la orden y, con cada día que pasa, surgen nuevos grupos, cada vez más violentos y con mayor número de adeptos.

Las víctimas de estos delincuentes son los encargados de las tiendas, los comerciantes, los vendedores ambulantes, en fin, todo aquello que les represente ingresos fáciles a los delincuentes, y saben muy bien que no hay fuerza policial que los pueda detener ya que, si los capturan, a los pocos días están libres, porque las leyes les favorecen.

Uno de los objetivos preferidos de los extorsionistas han sido los pilotos de camionetas, microbuses y taxistas, quienes su único delito es conducir un vehículo, el cual generalmente no es de su propiedad, y que para ganarse el sustento de todos los días, para ellos y sus familias, deben trabajar desde las 4:00 de la madrugada hasta altas horas de la noche.

Esto lo hacen porque deben cubrir la cuota que les exige el empresario y, de lo que les queda, comprar combustible, repuestos, llantas y además, pagar a las “alimañas” de los extorsionistas, que como “sanguijuelas” se quedan con lo poco que ganan los pilotos.

Los conductores están cansados de tanto acoso y andan siempre alertas, para no ser pillados por estos asesinos. Ayer, en un gesto heroico, Eduardo Tevelán Pérez, quien conducía uno de los buses de la ruta 83, pudo detectar a tiempo la intención de un sicario, y con gran rapidez se enfrentó al pistolero para evitar que le disparara, pero el matón accionó el arma y las balas hirieron a cuatro pasajeros, ya que el bus iba lleno.

Por lo que se ve, ante la incapacidad de las autoridades de brindarles seguridad, los guatemaltecos de todas las clases sociales en el país van a tener que pelear hasta con los dientes en contra de los criminales, para defender su vida, esto no puede ser. Guatemala llora sangre por tanto asesinato de personas inocentes.

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