O cambiamos, o nos hundimos
Guatemala se encuentra sumida en una crisis de falta de valores, el irrespeto total por la vida, una escalada de violencia que ha sumido en el temor a cientos de miles de guatemaltecos que tienen el desasosiego de salir a la calle, por el pánico a ser víctimas de los delincuentes. Los guatemaltecos tienen miedo de abordar un bus urbano o extraurbano, porque no saben en qué momento se van a subir o a levantarse de sus asientos los asaltantes y de forma muy “educada” les van a pedir cordialmente que entreguen todas sus pertenencias.
Los pasajeros o pasajeras que han osado no hacer lo que estos “mal nacidos” exigen, entregar todos los objetos de valor, han pagado con su vida o han salido lastimados por estos mal llamados “hombres”, quienes amparados en que llevan un arma blanca o de fuego obligan a los viajeros a dar lo que llevan, muchas veces objetos que con mucho esfuerzo han adquirido.
Tenemos instituciones que han desmoralizado al pueblo, ya no digamos el Congreso de la República, en donde se ha concentrado el mayor impacto de corrupción, pues del total de diputados la mayoría enfrenta un proceso judicial abierto en su contra, y se ventila en los tribunales peticiones del Ministerio Público (MP), como el retiro de la inmunidad a muchos de ellos. Y qué decir del gobierno central, presidido por Jimmy Morales, el cual no logra hallar su rumbo y los casos de corrupción también han tocado a su puerta, al extremo que agrupaciones indígenas viajaron a la capital para exigir su renuncia.
Vivimos en una Guatemala en donde las maras han hecho de las suyas, sin que nada ni nadie haya podido desmantelarlos de forma definitiva. Y la extorsión a cuanto pequeño empresario o dueño de tienda se les cruza en su camino, y los que no han pagado lo que estos “esbirros” exigen, han tenido que cerrar y huir, o bien ofrendar su vida. Es urgente que, en esta época de Cuaresma, los grupos al margen de la ley mediten en el daño que le están haciendo al país, pues no es posible que con sus actitudes y hechos violentos sigan desangrando a la patria.
Tomemos en cuenta que Guatemala somos todos, o luchamos por salir o nos hundimos.