Editorial

Fue un martes desesperante

Para miles de guatemaltecos de la ciudad capital, ayer fue un día en el cual se tuvieron que armar de paciencia pues, de nuevo, las organizaciones campesinas volvieron a hacer de las suyas y provocaron gran caos por las calles y avenidas por donde llevaron a cabo su marcha.

Claro, se podrá decir que solo fue en determinados puntos, sin embargo, la ciudad está casi interconectada y lo que pasa en un lugar afecta al resto de calles y avenidas, en otras zonas, pues se ven sobrecargadas de vehículos, y eso costó que muchos trabajadores a pesar de haber madrugado no pudieron llegar a tiempo a sus empleos, lo que les costó no solo que no los dejaran entrar, sino que les descontarán el día y el séptimo.

Pero como ya se esperaba, la cúpula del Comité de Desarrollo Campesino (Codeca), a la que se unieron otras agrupaciones que ayer manifestaron, esta vez confirmaron que entre sus múltiples consignas estaba la de solicitar que renuncie al Presidente de la República, Jimmy Morales.  Se podían escuchar las consignas en contra del mandatario.

No vamos a defender en este espacio si el gobernante ha desarrollado un buen papel, como la persona que tiene a su cargo el dirigir los destinos de la nación, que ha fallado, es cierto, que no tiene un plan definido de gobierno, es cierto, que la delincuencia está fuera de control, es cierto. Y así se pueden enumerar muchos de los desaciertos que ha tenido el Presidente, en un año y dos meses que lleva al frente del Estado.

Estamos de acuerdo, que el cargo le esté quedando muy grande, y que la población exige resultados. Que sus familiares, técnicamente, le metieron el puñal por la espalda al haber caído en la tentación de hacer cosas que años después les ha llevado al banquillo de los acusados y que, posiblemente, Jimmy Morales no lo sabía, también es cierto.

Que este hecho se ha sumado a la ya poca popularidad que tiene,  también es cierto. Pero lo que es verdad, y no se puede negar, es que si las personas o los dirigentes, quienes mueven las masas que llegan a manifestar, están inconformes con la forma de gobernar del mandatario, pues que antes de solicitar que renuncie, lo primero que debieran hacer es presentar propuestas y  soluciones a la crisis que vivimos, y buscar un diálogo.

Y luego, si esto no funciona, pues entonces pedir su renuncia. Guatemala se encuentra en una situación de lucha y, por lo tanto, debemos aportar para salir de la crisis y no buscar la desestabilización.

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