Editorial

Un total acto de cobardía

Hoy, si todos somos guatemaltecos de corazón y nos sentimos orgullosos de haber nacido en esta tierra linda, debemos declararnos y decir que estamos de duelo, y vestir de luto, colocar moñas negras en nuestras casas y vehículos. Porque lo hecho ayer en contra de una indefensa mujer y sus niños, solo lo pudieron hacer personas sin corazón, sin sentimientos y no merecen ser llamados seres humanos, porque definitivamente tienen apariencia de que sí lo son, pero en su interior son una aberración que merece ser erradicada de la faz de la tierra. El cobarde ataque en contra de una mujer que llevaba en brazos a su niño de dos meses, y jalaba de la mano a una niña, de aproximadamente dos años, llora literalmente sangre.

Fue el acto más vil que estos esbirros pudieron hacer, porque si algo les debía la mujer, y vamos a suponer que así era, no tenían justificación alguna para asesinarla, ni mucho menos atacarla a tiros llevando ella a sus pequeños. Pero qué pasa por la cabeza de estos tipos, qué acaso no se han puesto a pensar en el daño que le hicieron a la pequeña sobreviviente, y a pesar de que puedan celebrar su fechoría junto con las alimañas de sus jefes, los líderes de la mara en la cual están involucrados, en lugar de eso deberían sentirse mal y pedirle a Dios que los perdone, porque la sociedad no va a olvidar lo que hicieron. Es tonto pensar, como informó la Policía Nacional Civil, que el crimen pueda ser una venganza entre pandillas, porque la mujer no era de ese lugar.

Eso quiere decir que ahora nadie es libre de llegar a una colonia a visitar a unos amigos, porque si va, solo estos engendros del mal llamados pandilleros les salen al paso y los asesinan. Señores de las autoridades, cumplan con su deber de dar seguridad y eviten hacer este tipo de señalamientos que dañan la imagen de una mujer y su bebé, asesinados de forma cobarde. El crimen de esta mujer y su bebé, en la colonia Villalobos Uno, no debe quedar impune y, por enésima vez, exhortamos a los señores diputados a que vean este hecho como el incentivo para que se quiten la careta de que trabajan por la patria, y que de una vez hagan algo positivo, y reactiven de una vez por todas la aplicación inmediata de la Pena de Muerte.

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