Iniciando la recta final
Estamos a nueve días para que lleguen a su fin los 365 días de 2016. Ha sido un año de luchas, sinsabores y frustraciones para miles de guatemaltecos que ven cómo el actual gobierno no ha hecho nada por estabilizar la economía, y la corrupción sigue galopante en las esferas del Estado.
Para los jefes de hogar, el llevar el sustento diario a sus familias se ha convertido en todo un reto, no importa si se tiene un trabajo fijo, los salarios ya no son acordes a las necesidades de las mayorías, la canasta básica supera ya los Q3 mil, mientras el sueldo mínimo no llega a esos mismos Q3 mil, eso quiere decir que las amas de casa, quienes administran generalmente el dinero que aportan sus esposos, hacen milagros para que les alcance y que los niños puedan alimentarse.
Pero lo más triste es que los funcionarios de Gobierno se recetan bonos y buscan de una forma y otra el sacar provecho a todo trato que les cae en las manos, para llenar sus bolsillos, sin importar que el pueblo esté pasando hambre.
Quienes votaron por las personas que nos gobiernan actualmente, se han de sentir frustrados, porque desde el Ejecutivo, el Congreso de la República y el Organismo Judicial, el saco de la administración pública les ha quedado muy grande, a pesar de que su séquito de servidores, que están con ellos fielmente les alaben cada cosa que hacen, para que crean que el pueblo está feliz con sus decisiones, aunque las mismas sean descabelladas.
Pero el pueblo, ese pueblo que con su voto les dio el poder a todos los funcionarios electos, empezando por el Presidente de la República, los diputados y alcaldes, esperan que para 2017, estos se pongan la mano en la consciencia, y en serio de pongan trabajar por el bien de todos, y no solo por el bien personal, como hasta ahorita se ha podido ver.
Que eviten caer en la tentación de la corrupción, ya que la misma es dulce y les puede dejar buenos beneficios, más en lo económico, pero deben recordar que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), mantiene una lucha frontal contra las estructuras enquistadas en el Estado, las cuales han sido desarticuladas, lo cual se aplaude.