Una tragedia que debe alertarnos

Lo ocurrido ayer en Tultepec, México, en donde un mercado de juegos pirotécnicos, conocido como San Pablito, explotó en horas de la tarde, dejando un rastro de muerte y destrucción, pues al cierre de la edición se contabilizaban 29 personas fallecidas y 72 heridos.

Entre las víctimas se encuentran tanto vendedores como compradores del mercado, ya que por las fechas de Navidad y Año Nuevo las familias acostumbran a adquirir estos productos, para luego quemarlos a la medianoche.

Hasta anoche, las autoridades mexicanas tenían la certeza del número de víctimas mortales y de los lesionados, pero se desconocía a ciencia cierta el número de personas desaparecidas, ya que tras lo ocurrido, el lugar quedó arrasado y convertido en escombros. El lugar siniestrado era uno de los puntos que abastecía de este tipo de productos a la clientela mexicana y, como ya se indicó, por la época estaba totalmente abarrotado, y no se sabía qué ha ocurrido con ellas.

Pronto se había iniciado con las labores de rescate, retiro de escombros, búsqueda de desaparecidos e identificación de las personas fallecidas que quedaron calcinadas e irreconocibles. Los guatemaltecos debemos aprender de este lamentable hecho, ya que no importan la medidas de seguridad que se adopten, siempre puede existir una tragedia de esa magnitud.

Y es de recordar que en varias localidades del país, pero principalmente en San Juan Sacatepéquez y San Raymundo, entre otros, se elaboran este tipo de fuegos artificiales, y lo triste es que lo hacen sin las más mínimas medidas de protección, lo que hace totalmente vulnerables a quienes junto a sus familias trabajan con la pólvora.

Ya han ocurrido este tipo de explosiones, las cuales han dejado muertas a familias completas, y quienes han sobrevivido aún permanecen en los hospitales, luego de varios meses, llevando muchas veces las huellas de la imprudencia en sus cuerpos. No está de más el volver a recalcar que es necesario que las autoridades tomen cartas en el asunto, para prevenir en lo posible que se den este tipo de tragedias, pues con la pólvora no se juega.

 

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