Un momento para reflixionar

Estamos a 13 días para que se celebre por un año más la Navidad, fecha en la cual las personas buscan dar amor y recibirlo, así como entregar presentes a sus familias y amigos.

Ayer, miles de guatemaltecos se volcaron a las calles para rendir honor a la Virgen de Guadalupe, llenos de fe pidieron, eso creemos, por la paz de Guatemala, por el bienestar de sus familias, y que la prosperidad abunde en el año que se avecina a pasos agigantados. Es normal que todos deseamos lo mejor para nuestros seres queridos, pero por un momento hagamos un alto y también deseemos el bien para los otros. Recordemos que nuestro país se encuentra sumergido en una espiral de incontrolable violencia, y de una marcada corrupción que sigue enquistada en las altas esferas gubernamentales.

No es desconocido el hecho de que los delincuentes siguen haciendo de las suyas, hay crímenes constantes, las calles son totalmente inseguras a cualquier hora del día, pues los asaltos son constantes, y los malandrines no se conforman con llevarse lo de valor que pueda tener su víctima, porque antes de irse le dan una paliza o lo balean, con las dos acciones puede perder la vida el atacado.

Por otro lado, las famosas maras mantienen de rodillas a los comerciantes, pilotos de buses y a personas particulares, ya que con la famosa extorsión, que no es más que la forma más burda de hacer dinero fácil, han acabado con la vida de personas productivas para el país, cuando estos se han negado a pagar lo que ellos exigen. También hay que elogiar el trabajo de los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes junto a fiscales del Ministerio Público han logrado desarticular muchas de las llamadas “clicas” y enviar a prisión a sus miembros. Estos grupos se reproducen cual peste, ya que nuevos integrantes ocupan el lugar que dejan los que se van a prisión, y se vuelve la de nunca acabar. Por eso es que en estas fechas, quienes profesan una fe, no importa cuál sea, pidan a Dios para que toque las vidas de los andan delinquiendo, para que la cambien, ya que todos deseamos una Guatemala en paz. Podrán decir que es mucho pedir, pero si nos unimos en oración, seguro que se puede lograr.

 

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