Lo bonito de esta profesión
En una de las tantas cosas buenas que ocurren en nuestro país, en medio de las cosas negativas que se ven y difunden todos los días, ayer se pudo vivir un milagro de amor, ya que un niño de tres años que nació con problemas auditivos podrá escuchar por primera vez, gracias a una operación que le realizaron.
Esa oportunidad la tendrá cuando en un lapso de un mes los galenos le activen el aparato implantado. Esa espera tiene expectantes a sus padres, Elizabeth Cortez y Fabio Sanabria, quienes le piden a Dios para que todo el proceso de recuperación sea normal y que no se presenten complicaciones.
Para esta pareja el saber que su hijo tenía este problema les cayó como balde agua fría, pero no se cruzaron de brazos, tocaron puertas y, aunque se les cerraron varias, no se dieron por vencidos, y al final tuvieron la respuesta que pedían a Dios, ya que escucharon de la Fundación Ayúdame a Escuchar “Bárbara Nicolle”, en donde los orientaron los pasos a seguir. Al final, ayer, luego de dos horas de operación, pudieron los padres ver a su pequeño, ya con su aparato colocado, el cual tendrá una parte interior y otra externa, porque el implante coclear consiste en un pequeño dispositivo electrónico que ayuda a las personas a escuchar, y que es bien empleado en personas sordas o con dificultades auditivas.
Pero no solo el pequeño tiene la oportunidad, porque también fue beneficiado el niño Rodrigo Jácome, de 10 años, y según se tiene planificado dos menores más hoy obtendrán ese mismo beneficio, y en un mes a cuatro pequeños la vida les va a cambiar, porque podrán escuchar.
Lo que vemos es que los avances en la ciencia permiten a los pacientes con estos problemas, el poder superar muchas barreras, algo que no era posible hace varias décadas, pero que ahora las cosas son diferentes. Por tanto, es menester que el Estado por medio de sus programas sociales se involucre más en apoyar este tipo de obras, para que muchos menores sean beneficiados, sobre todo aquellos de escasos recursos cuyos padres no cuentan con el efectivo para poder costear una cirugía de este tipo, y que al no tenerlo condenan a los pequeños a un mundo de silencio. Es ahora cuando el Gobierno debe hacer el cambio.