Justicia o limpieza social

Ante los ojos de la sociedad lo ocurrido ayer el municipio de Sanarate, El Progreso es un hecho más de lo que todos los días estamos sujetos a tener que soportar los guatemaltecos, y que ha endurecido, en parte nuestro ser y nos ha vuelto un tanto insensibles. Pero los asesinatos tanto de hombres como mujeres, que son salvajemente torturados y que al morir, si así ocurre o bien aún estando con vida, son mutilados y sus restos esparcidos, como un macabro rompecabezas en varios puntos.

Cada uno de los crímenes que se cometen de esta manera, por regla general, se presume son perpetrados en horas de la noche y madrugada, y los restos lanzados por hombres, que se movilizan por las calles de la ciudad, y ahora en el interior del país, no sólo amparándose en la oscuridad, sino con la certeza de que no serán detenidos por las autoridades.

Ya que a la fecha, de los asesinatos sangrientos y macabros de este tipo, la Policía Nacional Civil (PNC), no ha logrado la captura de un grupo con las “manos en la maza”, ni mucho menos sorprenderlos transportando su macabro cargamento, y los agentes solo se han limitado a llegar a los lugares donde son hallados los restos, y que los vecinos los alertan al toparse con los bultos que han sido abandonados. Se presume, que las personas asesinadas, tienen vínculos con las maras, cuyos miembros se han dedicado a robos, extorsiones, intimidaciones hasta el sicariato, y que sus esbirros han dado muerte a personas de forma salvaje, tal como ocurrió la semana anterior, cuando por dos días consecutivos dieron muerte a dos mujeres en la colonia Alameda, zona 18, y la cabeza de una de ellas la dejaron cerca de la subestación de la PNC, con un mensaje.

Lo ocurrido en Sanarate, fue a la inversa, ya que presuntamente los vecinos organizados en un grupo denominado “Ángeles Justicieros” coparon a una presunta extorsionista, se la llevaron, la torturaron y la asesinaron mutilándola. Lo curiosos es que quienes hacen justicia por sus propias manos, han caído igual de bajo que los delincuentes a quienes persiguen. Se puede llamar a esto justicia o limpieza social.

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