Urge la pena de muerte

En definitiva, aquellos que están vinculados al crimen organizado, narcotráfico, grupos de sicarios y maras, han perdido total respeto a la vida, no sienten ningún temor por asesinar a nadie, esto incluye hasta sus mismos familiares. Se han vuelto totalmente insensibles, hay que ver la facilidad con la que este tipo de individuos acciona el gatillo de sus armas y, sin el menor remordimiento, ven caer a su presa, para luego irse con tranquilidad, sin cargo de conciencia ni temor a ser perseguidos penalmente.

Ayer se vivió un momento más de esa deshumanización imperante en nuestro país, un grupo de esos delincuentes dio muerte a una mujer, quien caminaba tranquilamente por la 4a. calle y 16 avenida de la zona 6 capitalina, llevando en brazos a su pequeño hijo. La vela de su vida fue apagada por pistoleros que con total salvajismo le dispararon por la espalda, y poco les importó que ella llevara a su pequeño en brazos, quien cayó con su madre cuando ella cayó mortalmente herida y se golpeó. Pero el salvajismo de estos parias de la sociedad no finalizó allí, tuvieron el descaro de rematar a una mujer que agonizaba, sin pensar que una bala perdida podría haber lastimado al pequeño, quien a su corta edad vivió ya la peor experiencia de su vida.

Claro, la Policía Nacional Civil (PNC) se gana los aplausos al capturar en tiempo récord a tres de los presuntos implicados, un hombre y una menor de edad, así como una mujer que en su mochila escondía el arma de fuego. Nuestros flamantes diputados deberían trabajar y modificar la ley, para juzgar como adultos a los menores de edad que cometen asesinatos. También es cierto que, a  pesar que ya engavetaron la ley sobre la Pena de Muerte, deben rescatarla, y dejar de lado sus sucias mezquindades y falsas apariencias de defensores de los derechos humanos, para sacarla a debate y ponerla en vigencia, porque es lo que el pueblo exige. Deben recordar que el voto popular los llevó a sentarse en las curules y que, por lo tanto, aunque les duela trabajan para el pueblo.

Los asesinos, sean hombres, mujeres o menores, que ya son lacras para la sociedad, no deben ser mantenidos en las cárceles con nuestros impuestos. Cárceles donde ya se ha visto  que los reos gobiernan y tienen el control, y que al salir de las mismas salen a hacer más daño. Por eso, señores congresistas, el pueblo les exige: ¡Urge la Pena de Muerte!

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