Final de un mal camino

Inició con él y terminó con él, 15 años han pasado, mismos que pareciesen no ser un indicativo aplicable para Rafael Márquez Álvarez, quien ya sea a los 22 o a los 37, siempre está para el Tri en momentos de apremio… para bien, o a veces para mal; sin embargo, tras la victoria del viernes, sería injusto recordarlo solo por lo negativo.

“El Káiser”, junto a hitos ya retirados del futbol mexicano como Jorge Campos, Claudio Suárez, Luis Hernández, Germán Villa o Pavel Pardo, pisó por primera vez el Mapfre Stadium de Columbus, Ohio, el 28 de febrero de 2001 y cayó, comenzando un linaje de mala fortuna Tricolor ante Estados Unidos que tuvo pasajes oscuros como la eliminación en la Copa del Mundo del 2002, la Copa Oro perdida en 2007 o los años que pasaban sin conseguir siquiera un gol en suelo estadounidense.

Márquez estuvo en lo más bajo y lo más alto que el Tri pudo conseguir en estos años; sin embargo, una herida que nunca había podido sanar fue que estuvo presente en el inicio de uno de los dominios más marcados que el cuadro hoy dirigido por Jürgen Klinsmann tenía sobre México.

Afortunadamente, en el ocaso de su carrera, el capitán de la Selección que no tiene pensado bajarse del combinado nacional (decisión que justifica con el nivel mostrado), puede decir que aportó una victoria histórica más para el Tri, cerrando uno de los círculos negativos que había cosechado con toda una generación que dejó las filas del balompié profesional sin poder presumir, que como el excentral del Barcelona, lograron conocer la victoria en el territorio más hostil que puede visitar el Tri en eliminatorias.

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