Raya en la irracionalidad

Lo ocurrido ayer después del mediodía a lo largo del Paseo de la Sexta del Centro Histórico, en la zona 1 capitalina, donde un intento de desalojo de vendedores ambulantes que han invadido esa calle peatonal se convirtió en una verdadera batalla campal, pues los inconformes se enfrentaron a las autoridades ediles, utilizando como arma todo lo que hallaron a su paso.

Lo más lamentable fue que varias obras de arte que ornamentaban esa vía fueron destruidos, dejando ese lugar como una zona de guerra, donde solo quedan escombros.

La mecha que inició todo fue el momento en que, tras agotar el diálogo con los vendedores, el personal de la comuna procedió a retirar las ventas, lo cual no fue del agrado de los comerciantes, quienes se unieron y la emprendieron contra los uniformados ediles que al verse superados tuvieron que refugiarse en el parque Concordia, ubicado en la 14 calle y 6a. avenida de la zona 1.

Entre el grupo de alterados vendedores se infiltraron otros que aparentaban ser comerciantes, que con los rostros cubiertos hicieron de las suyas. Lamentablemente, gran parte del enfrentamiento ocurrió frente a la sede del Ministerio de Gobernación, en donde los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) cruzados de brazos observaron cómo la turba arrasaba con todo a su paso.

Al final, a los grupos de antimotines de la PNC que habían sido ubicados a una cuadra de los incidentes, se les dio la orden de intervenir, pero el daño ya estaba hecho.

Lo rescatable de esta ola de violencia y anarquía que se vivió ayer, es que las autoridades ediles deben sentarse a dialogar con los vendedores, para colocarlos en lugares donde puedan vender sus productos, y la comuna tenga la oportunidad de mantener el ordenamiento de las calles.

Asimismo, a los altos mandos del Ministerio de Gobernación y de la PNC se les hace saber que están en la harta obligación de velar por la seguridad ciudadana y el orden público, por lo que no deben esperar a que las protestas se salgan de control, para actuar, sino hacerlo de forma inmediata, porque de lo contrario seguiremos viviendo en un país sin ley, donde cada quien hace justicia a su manera.

 

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