A enfrentar nuevos retos

Estamos ya en la recta final del año. Es poco lo que queda para que finalice el mes octubre y, al iniciar noviembre, con su característicos vientos y días fríos,  se constituye en la antesala del último mes del año  que,  así como transcurre el tiempo, “en menos de lo que canta un gallo”, como dice el viejo refrán, estaremos en el mes de diciembre.

Pero mientras unos ya se preparan para las fiestas de época, otros, sobre todo los jóvenes, con emoción ven que sus desvelos han dado sus frutos, pues han coronado con mucho éxito el nivel diversificado y secundario.  Algunos con honores, pues serán los abanderados y recibirán medallas como premios a sus esfuerzos. Otros, aunque con el punteo mínimo, lograrán recibir el diploma o título que los acredita el haber finalizado el ciclo diversificado, y graduarse de la carrera que hayan elegido.

Para los miles de nuevos graduados del diversificado, dejan el instituto o el colegio, pasan de ser estudiantes a ser personas que anhelan hallar un puesto de trabajo.

Ese reto es uno de los más grandes que habrán de afrontar. Muchos aún son menores de edad, otros en cambio, a pesar de que son adultos jóvenes, entre los 18 y 20 años, tienen el obstáculo de la inexperiencia y esto los hace vulnerables al sistema laboral, que busca personas con cierta capacidad para desempeñar una función o puesto laboral.

Otros hallarán empleo, así será, y no será acorde a lo que estudiaron, pero lo aceptarán, no importando si les pagan poco, ya que su anhelo de ingresar a la universidad estatal y costearse los estudios les obliga a tener que trabajar. Claro, pero también tienen el reto de superar los exámenes de ingreso a la Universidad de San Carlos que, por cierto, la gran mayoría no los aprueba.

Eso no solo los frustra, sino que los deja por un año sin acceso a la educación superior, y por ende, o deben pasar un año sin trabajar o encuentran un puesto laboral que va desde puestos de mensajeros, en restaurantes de comida rápida, bancos y call centers, entre otros. Los más afortunados contarán con el apoyo de sus padres para seguir sus estudios en una universidad privada.

En síntesis, el año escolar que culmina deja a los nuevos graduandos con un gran reto: el de colocarse en el mercado laboral.

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