¡Cuánta barbarie!
Cada día que pasa, los guatemaltecos nos quedamos atónitos al darnos cuenta del nivel de retroceso y la total carencia de valores en nuestro país. Los grupos dedicados a hacer el mal y dañar a personas inocentes, se ensañan cada vez en contra de sus víctimas y, como irracionales, dan rienda suelta a sus más retorcidas pasiones y las convierten en los más atroces crímenes.
Ayer, dos hechos violentos llamaron la atención, en medio de la gama de cosas insanas que suceden en esta sociedad. Nos referimos a las dos personas asesinadas, un hombre y una mujer, cuyos cadáveres aparecieron en Villa Nueva y en San Lucas Sacatepéquez.
Lo que llama la atención, como hacíamos referencia al principio, es la bajeza evidenciada por los asesinos, quienes no solo de forma sádica torturaron a ambos, además de haber violado a la mujer, para luego dejar de forma macabra ambos cuerpos en caminos desolados.
El primer caso es el de Kevin Estuardo Alonso, de 19 años, quien trabajaba como operario en una maquila, secuestrado frente a su esposa, Edith Susana Telón, el pasado viernes en la colonia Eterna Primavera, en la zona 4 de Villa Nueva. Casi 24 horas después, su cadáver fue abandonado en una cuneta en la colonia Linda Vista de la zona 4 del mismo municipio, estrangulado y quemado, los sicarios pretendían que nadie pudiera reconocerlo, pero el fuego no consumió totalmente el cuerpo.
El otro caso, y este llora sangre, es el del horrendo crimen perpetrado en contra de Mayra López López, de 18 años, quien también fue raptada por desconocidos que viajaban en un taxi color rojo, cuando caminaba por el kilómetro 30 de la ruta Interamericana, en la entrada a San Lucas Sacatepéquez, según revelan las primeras pesquisas de la Policía Nacional Civil (PNC).
Los enajenados no solo abusaron de ella, sino que la atacaron a golpes hasta que la asesinaron. Lo triste es que sin el menor remordimiento lanzaron su cuerpo, el cual dejaron desnudo entre unos sembradíos, en el kilómetro 36 de la ruta de Santiago Sacatepéquez a San Pedro Sacatepéquez, en la comunidad Tres Cruces para mayor escarnio de la víctima.
Con estos hechos, solo cabe preguntarnos ¿A dónde vamos?, ¿Hasta cuándo va terminar esta barbarie? Solo Dios puede ayudar a cambiar al país y a sus habitantes, pero siempre y cuando todos vuelvan sus corazones hacia Él.