LOGROS Y DESACIERTOS

Nadie puede negar que la Policía Nacional Civil (PNC), con el accionar de sus diversas unidades, ha dado duros golpes al crimen organizado, tanto en lo relativo al narcotráfico, a la trata de personas, y al sicariato.

Sin embargo, no puede ocultarse que mientras más se lucha contra estos males, más parecen resurgir con fuerza, tal y como si fuera un cáncer que, a pesar de que se le ataca con quimioterapias, este vuelve a aparecer.

Así se puede calificar no solo a los narcotraficantes, a cuyas redes caen las personas tentadas por el dinero fácil. Y en el caso de las pandillas, la cosa no es diferente, ya que entre más clicas se desarticulan y se tardan las autoridades en procesar a sus integrantes, más rápido reaparecen.

Estas lacras de la sociedad, mal llamados pandilleros o mareros, hacen mayor daño a las personas honradas, que cualquiera de las más letales enfermedades. Y para muestra un botón, ayer, de nuevo, con total alevosía dieron muerte a tiros al ayudante de un bus, identificado como Pedro Luis Lázaro Hernández, de 23 años, cuyo cadáver quedó en las gradas de ingreso al bus urbano de la empresa Astua, en Amatitlán.

La necesidad de un ingreso económico para darle el sustento a su familia, hizoque Lázaro Hernández aceptara ese empleo, sin saber que ayer sería su último día de vida. Es injusto y doloroso ver a una madre llorar ante el cuerpo de su ser amado, de aquel que engendró y salió de su ser, ya que desalmados sin corazón le dieron muerte, sin piedad.

La impotencia se apodera de los deudos y de las víctimas, al no poder dar o recibir una palabra de aliento real, no solo a esta mujer, sino a los cientos de familiares de los asesinados por aquellos que por ambición, rencor y desadaptación social, lo único que les interesa es el cobrar dinero fácil.

Es urgente que los señores diputados emitan leyes con mayor drasticidad, que sean realmente un disuasivo para los extorsionistas, quienes asesinan a quien no paga la cuota que ellos exigen, para luego escapar con total tranquilidad e impunidad, ya que saben que nadie Intentará detenerlos.

Aunque hay poblaciones en donde los han copado y dado muerte, porque los habitantes ya no creen en la justicia. Por eso, a los legisladores, el pueblo les dice: Urge la aplicación de la pena de muerte.

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