La Iglesia del terror
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Familiares recordaron a sus seres queridos asesinados y torturados durante los años 80 del siglo pasado, en una capilla privada a un costado de la iglesia de Zacualpa, Quiché.
Doce esqueletos fueron descubiertos en el fondo del llamado “pozo de la muerte”, en el año 1999, los cuales son recodados por sus seres queridos, quienes piden justicia para que capturen a los responsables de esta masacre, llevada a cabo en 1982 por soldados del destacamento militar de este municipio.
“Mis familiares fueron secuestrados y torturados en esta capilla que era utilizada por los soldados como centro de tortura, donde realizaban tiro al blanco con la imagen de Jesucristo”, recuerdan los pobladores aún horrorizados por esta matanza.
MANOS ENSANGRENTADAS
Las huellas de manos ensangrentadas aún permanecen en las paredes de la capilla católica, donde los hombres eran torturados por los militares, mientras violaban a sus mujeres.
La Fuerza de Tarea “Kaibil Balam” fue la ejecutora, al mando del coronel Jaime Rabanales Reyes, Carlos Enrique Pineda Carranza, Raúl MolinBedoya, y el exministro de Defensa, José Domingo García Samayoa, denunciaron los afectados.
En la década de los ochenta, el Comité de Unidad Campesina (CUC) inició su trabajo político, parte de las familias indígenas se integraron a esta organización, acentuándose con ello los confl ictos étnicos en el país.
“La tierra es como una bella mujer, trátala con gentileza y te dirá todos sus secretos”, dijo el antropólogo forense Clyde Snow, quien murió ha-