Colombia, en la ruta de la PAZ
Hoy amanecieron los colombianos disfrutando de los aires de la paz, lo que les permite el respirar tranquilamente y saber que el sonido de los cañones, las balas y la pérdida de miles de vidas es cosa del pasado. Y tienen todo el motivo para estar felices pues, ayer, Colombia dio un paso grande al firmar el presidente Juan Manuel Santos el Acuerdo de Paz, con el cual se puso fin a 52 años de guerra interna, mismo que fue ratificado con su rúbrica por el comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”. Ambos usaron un lapicero llamado “balígrafo”, que se fabricó con una bala usada, y que ahora sirvió para una buena causa: la paz de Colombia.
Claro, la alegría que fue para muchos, también es la amargura para otros, ya que una parte de los colombianos no está de acuerdo con que llegará ese momento, y no comparten los criterios suscritos. La festividad vivida ayer, de la cual sirvieron como testigos de honor presidentes de 15 países, así como el secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, da pie ahora a esperar que los colombianos acudan a las urnas el próximo domingo para dar su respaldo o rechazo al acuerdo, y lo deben hacer en plebiscito.
La decisión ahora de que el cese al fuego bilateral sea firme está en manos de los colombianos, pues de ellos dependerá el éxito de todo lo que se ha actuado. De ganar el “Sí”, habrá que dar paso a una nueva era; y de ganar el “No”, las partes deberán volver a la mesa de negociación y las cosas se complicarían, pues se rompería el cese a las hostilidades. El camino para alcanzar la paz es largo. Como ejemplo tenemos lo vivido en nuestro país, en donde a pesar de que han pasado 20 años desde ese 29 de diciembre de 1996, cuando se firmó la Paz en Guatemala, pero a pesar de que se han logrado el que se cumplan todo lo que se suscribió, se sigue en la lucha por lograr y mantener lo acordado en los Acuerdos de Paz.
Este es el reto ahora de los colombianos, no echar por tierra lo que tanto costó lograr.