Vivimos dentro de un sistema corrompido
Los negocios en familia, casi siempre terminan mal. Peor aún, si se trata de negocios ilícitos. Francisco Morales, alias Chico Dólar, puede dar fe de ello. Su esposa, Servia Guzmán, fue aprehendida ayer, en medio de varios operativos en búsqueda de los integrantes de la banda de lavado de dinero que encabezaba Morales.
En las acciones, con la participación de fiscales y policías, nueve personas fueron capturadas y, por supuesto, puestas a disposición de juez competente.
Por el mismo caso se declaró culpable Édgar Barquín, excandidato vicepresidencial del partido Líder, quien junto a su hermano, el exdiputado Manuel Barquín, y el también exdiputado Jaime Martínez Lohayza, fueron sorprendidos por las investigaciones del Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Los tres participaban en una estructura criminal que facilitaba a Chico Dólar la realización de operaciones financieras para lavar dinero proveniente de actividades ilícitas.
Las pesquisas de ayer son una muestra de que las autoridades no han bajado la guardia en la búsqueda de más delincuentes. Pero también está clarísimo que falta mucho por hacer, pues la violencia no se ha podido frenar y los actos de corrupción siguen brotando como leche en hervor, demostrándonos lo podrido que está el sistema en casi todas sus áreas.
Todos podemos ser parte del cambio. Y en el caso de las investigaciones criminales, nuestro aporte puede ser la denuncia, que se convierte en el primer paso para una investigación positiva que lleve a la cárcel a quienes infringen la ley.