Editorial

Ya es hora de actuar

La violencia es un mal que no se detiene. A diario, alrededor de decena y media de guatemaltecos pierde la vida por esta razón. Las cifras son verdaderamente alarmantes, pues aunque la tasa de homicidios ha descendido, el número absoluto de víctimas diarias sigue siendo el mismo, lo que implica un estancamiento en los números que refleja este tipo de crímenes.

Y si algo ha preocupado a las autoridades y grupos sociales, principalmente aquellos que defienden el respeto a los derechos humanos, es que ha crecido la cifra de víctimas mujeres.

Casi todos los días aparece al menos una fémina asesinada. Ayer no fue la excepción. En la ruta que de la colonia El Milagro, en la zona 6 de Mixco, conduce a Ciudad Quetzal, en San Juan Sacatepéquez, apareció una mujer muerta. Vestía traje típico, por lo que se deduce que era de origen indígena. Su cuerpo estaba dentro de una bolsa de nailon negro y las autoridades suponen que fue asesinada en otro sitio, y los victimarios solo pasaron tirando el cuerpo junto a unos promontorios de basura para que el bulto se confundiera y no llamara mucho la atención.

Urgen medidas inmediatas para salvaguardar la vida de los guatemaltecos. No se trata de chapuces, se trata de acciones reales y efectivas. Los asesinatos solo se podrán evitar con trabajo de inteligencia que vaya dando con los integrantes de estos grupos delincuenciales, y así puedan detenerse y enviarse a la cárcel.

Se necesita actuar con celeridad, antes de que la desesperación desborde la paciencia de la población y se comiencen también a ver ajusticiamientos por mano propia, ajenos a la justicia, que solo incrementarán la zozobra y por supuesto socavarán las bases de un Estado de Derecho incipiente.

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