De todo hay en la viña del Señor
Dicen que ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón. Este refrán se utiliza para exculpar a alguien que daña a un malvado. Pero en la vida real, si alguien comete un delito, sea contra quien sea, debe recibir un castigo. Solo así, con la aplicación de la ley sin distingos, se puede aspirar a una sociedad justa.
El refrán viene al caso porque ayer, en una acción policial, se capturó a un grupo de delincuentes que intentaba efectuar un “tumbe” de dinero. La suma, nada más y nada menos que US$251 mil. El grupo era encabezado por un exfiscal de delitos contra el narcotráfico, a quien se adhirieron algunos exagentes de la Policía Nacional Civil (PNC).
Los hechos ocurrieron como si se tratara de una película hollywoodense. En un hotel cercano al aeropuerto internacional La Aurora, uno de los integrantes de la banda intentaba huir del lugar con el dinero, cuando se percató que los “propietarios originales” entraron al hotel en su búsqueda. Al detectar la presencia de sus enemigos, protagonizó un escándalo que hizo que otros huéspedes decidieran llamar a la Policía, mientras sus oponentes prefirieron darse a la fuga. Buena parte del dinero quedó regado por un pasillo del hotel, donde lo encontró la Policía y los fiscales que se encargaron del caso. Y, tras la captura del bullicioso, este “soltó la sopa” y delató a sus cómplices, a quienes con la intención de salvarse los acusó de tenerlo secuestrado.
Un exfiscal y algunos expolicías conformaban esta banda de “tumbadores”. Así es que de todo hay en la viña del Señor.