No estamos para el desperdicio

Las cosas de la vida. Mientras muchos guatemaltecos mueren de hambre o por falta de medicamentos, en las bodegas de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) otros dejan que algunos alimentos se pudran y muchas medicinas caduquen.

La mejor evidencia de ello se registró ayer, cuando en el vertedero de basura de Villa Nueva autoridades de la SAT se dieron a la tarea de destruir grandes cantidades de productos que se encontraban en sus bodegas y que ya tenían vencida la fecha de vencimiento.

Pero por qué dejar que eso ocurra, en lugar de permitir que se aproveche el consumo de dichos productos. Quizá sea el momento oportuno para revisar los reglamentos o leyes necesarias para que, cuando ciertos productos permanezcan por más de cierto tiempo en las bodegas aduanales y nadie los reclame, la autoridad pueda exigir que se distribuyan a los guatemaltecos más necesitados. Quizá entregar esos bienes a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) podría ser un buen inicio, por ejemplo.

Este tipo de hechos nos evidencia que nuestra organización social y el marco jurídico que nos rige no son totalmente adecuados para garantizarnos el aprovechamiento de los recursos. En países más desarrollados, seguramente eso no pasa y, desde hace tiempo, ya hubiesen distribuido la mercadería para sacarle provecho.

Según los datos proporcionados, se trata de bienes almacenados en la SAT entre los años 2006 y 2008, por los que hasta la fecha nadie se presentó a reclamar. Pero más allá del mero suceso, lo que ahora planteamos es la necesidad de que se busquen mecanismos para que los guatemaltecos más necesitados puedan sacar ventaja de este tipo de situaciones.

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