El precio de apoyar a la justicia
La inmensa mayoría de guatemaltecos estamos dedicados al trabajo honrado. Con muchos sacrificios, penalidades y esfuerzos vamos sacando adelante a nuestras familias. Queremos vivir con un mínimo de felicidad posible.
Pero una sociedad como la guatemalteca, enferma de violencia, puede ponernos, sin quererlas ni buscarlas, en situaciones que cambien nuestras vidas.
Tal podría ser la historia de Walter Gustavo Mérida Hernández, quien ayer fue asesinado en la zona central del municipio de Villa Nueva. Con frialdad, podría pensarse que esto no es ninguna novedad, pues cada día mueren asesinadas en Guatemala unas 16 personas.
Pero el caso de Mérida Hernández es especial. Según informó el Ministerio Público, la víctima debía participar como testigo en un proceso judicial. Aunque no se indicó en relación con qué caso debía testificar, es evidente que se trataba de algo importante, al punto que le quitaron la vida para evitar su declaración.
De ahí la reflexión sobre cuál puede ser el precio de apoyar al enjuiciamiento de los criminales, preguntándonos qué hacen las instituciones correspondientes, en este caso el MP, ente encargado de aplicar la Ley para la Protección de Sujetos Procesales y Personas Vinculadas a la Administración de Justicia Penal.
Esa ley crea un Servicio de Protección, dirigido a preservar, entre otros, a los testigos de casos de impacto social. Por las circunstancias en que murió Mérida Hernández, es claro que para él no funcionó la instancia correspondiente del MP.
De este modo, tristemente, un joven trabajador pierde la vida, también pierde la justicia y gana la impunidad. Esperemos que no por mucho tiempo.