“Se está matando el futuro de Guatemala”
Con estas palabras se expresan integrantes del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) en relación con el preocupante número de niños, adolescentes y jóvenes que han perdido la vida por hechos violentos, en los primeros meses de 2016.
El GAM, en su “Informe de situación de violencia homicida en la niñez y adolescencia guatemalteca”, indica que en lo que va del año, se pueden contabilizar hasta 76 muertes por mes, cifra preocupante si se la compara con los 49 registrados para los primeros seis meses de 2015.
• PRINCIPALES CAUSAS
De las 228 muertes de menores registradas de enero a marzo de este año, sobresalen las causadas por heridas de armas de fuego, que en total suman 150, seguidas por muertes por ahogamiento (31) y las muertes por estrangulamiento (25).
Guatemala se encuentra entre los tres países con mayor número de casos de homicidio de niños y adolescentes menores de 20 años, como lo indica el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en su informe “Ocultos a plena luz”.
Aunque en comparación con el año pasado, las muertes violentas en Guatemala han disminuido hasta quince personas menos por mes, la ola de violencia parece aumentar por momentos, especialmente entre la población joven.
CRUDA REALIDAD
Datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) dan cuenta que, de 1,374 necropsias practicadas de enero a marzo de este año, 138 son de menores de 0 a 18 años, lo cual equivale al 10 por ciento de muertes asociadas a hechos violentos. De estas, 116 corresponden a adolescentes de entre 13 y 17 años. Asimismo, se estima que los días más violentos son lunes y domingos. Los departamentos con más casos de violencia son Guatemala, Escuintla, Petén, Izabal y Chiquimula.
En adolescentes las muertes se dan generalmente por ataques directos o por participar en enfrentamientos armados, mientras que en menores de 15 años las muertes ocurren por balas perdidas o hechos fortuitos.
150 perdieron la vida con arma de fuego, entre enero y marzo de 2016.
228 muertes de menores, reportadas entre enero y marzo de 2016.