Al borde de la impaciencia

Resistirse al pago de una extorsión, es el camino más seguro hacia la muerte. Opciones hay muy pocas, y quién sabe si realmente efectivas. La primera y más razonable, dar parte a las autoridades, para que arranque una investigación y lleve a la captura de los delincuentes. La otra, descabellada quizá, armarse de valor y enfrentar a los extorsionistas, aunque esto puede rebajarnos a su nivel y convertirnos en asesinos, aunque se trate de defensa propia.

La de Mario López, de 62 años, fue la de resistir pacíficamente las presiones para pagar. Cada vez que los extorsionistas llegaban por el dinero, López se los entregaba junto con una nota en la que les hacía saber su inconformidad. La resistencia llegó a su fin, pero de manera lamentable, pues el piloto de la ruta 70 fue ejecutado ayer por un sicario. La última nota, que entregaría junto con el próximo pago, fue encontrada en su casa por la Policía, cuando los agentes buscaban indicios que les permitiera descubrir a los autores del crimen.

López se unió al inmenso grupo de pilotos asesinados por no pagar la exigencia de un grupo de delincuentes que opera con impunidad y atenta contra la vida de guatemaltecos honrados, que trabajan para llevar el sustento diario a su familia.

Ya es hora de que se detenga esta ola de violencia, antes de que se desborde la paciencia de la ciudadanía y se tomen caminos poco civilizados para terminar con este flagelo, aumentando el número de muertes que ya es bastante alto en el país.

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